lunes, 16 de noviembre de 2009

Pues aquí estamos relajaita después de un caldea...

Este fin de semana hemos pasado por Andorra.

He vuelto a comprobar que lo de ir con grupos de gente me resulta desesperante. Tardamos 4 horas en llegar a Andorra, y es un trayecto que se puede hacer en 2 o 2 horas y cuarto.

Luego, cuanta más gente hay, más peros se encuentran, a la hora de comer, a la hora de plantear la jornada, a la hora de quedar, a la hora de moverse.

Y es que además pretenden hacer todo pegaditos, y es muy difícil entrar en un sitio 13 personas a la vez y ni que decir tiene que es muy difícil sentarse en una misma mesa.

Y lo mejor, si vas en grupo y además hay diferencia de edad el tema es de risa, íbamos con gente que tenía 10 años menos. Y están en la fase de los super topicazos, de los fastfood, los productos sanos o ecos o bios, la contaminación, y supongo que en contra del cine americano, que es otra cosa que se lleva a esa edad.

Cuando dejen esta etapa atrás que me avisen. Me lo he pasado bien, pero la verdad podría haberme evitado unas cuantas miradas mataoras por ir a mi bola. Me parece que para la próxima escapada no nos llaman.

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