jueves, 1 de octubre de 2009

LA CIUDAD ETERNA

Pues ya hemos hecho el fin de semana en Roma.
La cosa ha estado genial. La primera impresión no fue buena, porque las infraestructuras, limpieza y medios de transporte me defraudaron, esperaba un nivel más alto, para ser la Capital de uno de los países del G8. Pero superada la primera impresión, me ha parecido una ciudad digna de visitar. Se necesitan varios días, de hecho nosotros estuvimos tres días, y aunque acabamos reventados no llegamos a ver todo. Nos habrían faltado dos o tres días más.
Eso sí, alojándose en un hotel un poco mejor que en el que estábamos, porque después de morir andando por la ciudad lo que pero llevaba era tener que subir cuatro pisos andando para llegar a la habitación. Además de que las instalaciones eran cutres, no te cambiaban las toallas, la recepción estaba en otro hotel y para desayunar también te tenias que cambiar de edificio... Un show.
Sábado: El primer día estuvimos por la parte del Coliseo, paseando por la ruinas. Salimos del Hotel y fuimos andando hasta el Coliseo, y mientras llegábamos visitamos las Iglesias de Santa María la Mayor y la de San Pedro (creo recordar). El Coliseo no lo vimos por dentro, porque estaba tan lleno de gente que no daba gozo subir. Así que paseamos por el Foro Romano. De allí pasamos a la Plaza Venecia, Fontana de Trevi y Plaza España. En la plaza Venecia visitamos las dos Iglesias y pudimos contemplar Luna talla magnífica de la Virgen del Loreto. Aunque mientras estábamos extasiados con la Imagen, llegó el cura nos apago las luces en las narices que era la hora de cerrar. Y allí nos quedamos con una cara panolis mirando la velita apagada, es que acabábamos de poner una monedita para encender una vela y ploff las apagó. De allí subimos a la Fontana de Trevi, y tiramos nuestra monedita mientras nos comíamos nuestro primer helado Italiano. Y pusimos rumbo a la Plaza de España y ver sus fuentes y escalinata típica. Y a descansar un rato porque los pies de una no dan para más, así que volvimos a comer a la zona de termini, que era donde estaba nuestro hotel, y descansamos un rato. Aunque nos costó llegar, porque lo Intentamos en metro, y la parada estaba inoperativa, así que seguimos por el pasillo del metro para llegar a otra calle y aparecimos en medio de un jardín, en el que intentamos descifrar si algún autobús llegaba a Termini y acabamos en un Taxi que nos llevó al Hotel casi volando.
Por la tarde-noche nos fuimos para el trastevere, que habíamos quedado allí en vernos con nuestros cuñados. Allí visitamos la Iglesia de Sta. María que es parecida a la que vimos en Porec. Es preciosa, estaban oficiando y como era con cantos estuvimos un rato dentro, de hecho fue la primera vez que veía a un cura subir al púlpito. En realidad debía de ser un cardenal u obispo porque llevaba bonete y tenía una cuadrilla con él en el Altar. Muy bonito el oficio y a cenar. Cenamos en una terraza típica, con plantas y parasoles. Aunque la camarera era un poco olvidadiza y había que pedirle las cosas unas tres veces. Lo que no me fue mucho fueron los postres porque tanto el tiramissú como la tarta tenían los bizcochos borrachos, y es una cosa que no me va.
Domingo, al Vaticano. Levantarse prontito, prontito y hacer cola para entrar en los museos del Vaticano, donde admirar la maravillosa capilla sextina. Nos vimos los museos y accedimos a la Capilla junto a unos 1000 turistas más. Nos tomamos nuestro tiempo para averiguar de que trataban todas las pinturas, durante ese tiempo los que trabajaban allí no hacían más que intentar mantener el silencio y repetir constantemente que no se hiciesen fotos... Es el único sitio en el que no dejaban hacer fotos, porque el resto de Roma es fotografiable. También vimos el resto de museos, con sus esculturas romanas y la parte Egipcia, la parte Etrusca no se podía visitar ese día... Como en el Louvre que tampoco pudimos visitar, el día que estuvimos la parte Etrusca. Otra vez será.
Cuando acabamos los museos del Vaticano nos dirigimos a la Plaza de la Basílica, pero como había mucha cola para entrar decidimos comer antes. La comida en esa zona fue mala, en el primer bar que había nos metimos una pizza margarita y un refresco por 8 €. Es el único sitio en toda roma que me ha parecido caro y en el que la pizza no merecía ser comida. Y después de llenarnos la barriga, nos pusimos en la cola para entrar en la Basílica. La Basílica es ENORME, impresiona su altura y anchura, allá donde mires hay algo impresionante, el Baldaquino, las esculturas, el mármol, los suelos y la Cúpula... Y allá que fuimos a subir a lo alto de la Cúpula, el primer tramo, en ascensor, y el resto a pata que no quedaba más remedio. Es una visita que nadie debería perderse, para llegar a la parte de arriba se pasa por el interior de la cúpula, una experiencia increíble. Y luego desde el exterior ves toda Roma. Unas vistas impresionantes. Y bordamos el momento tomándonos un helado en la terraza de la cúpula. Momento de los que me será difícil olvidar.
De aquí nos dirigimos con nuestros cuñados a visitar la Plaza Navona y el campo de Fiori, y justo cuando íbamos a la plaza del campo de Fiori, nos encontramos con la Iglesia de San José de Calasanz, SAN PANTALEÓN. La visitamos pero no pudimos ver ni su habitación, ni la capilla, ni las aulas donde empezaron las escuelas Pías porque en ese momento estaba cerrado. Acabamos con una cervecita en el Campo de Fiori antes de dejar a nuestros cuñados en la Fontana de Trevi.
Lunes: Nuestra última mañana en Roma, porque después de comer teníamos que irnos al aeropuerto. Y la aprovechamos para ver, la Iglesia de Santa Maria de Cosmedin (Románica preciosa) donde se encuentra la Bocca de la Verita, el Arco de Giano y la Iglesia de al lado que era muy bonita. Luego a evocar a Audrey Hepburn y G. Peck en el teatro Marcelo. De allí al Panteón de nuevo a ver la segunda cúpula más grande del mundo. Mucha cúpula pero poco más. Después de las Iglesias que habíamos visto ésta era la que menos cosas tenía. De aquí pensamos en volver al Campo de fiori para verlo con el mercado de flores montado, pero antes de llegar pasamos de nuevo por la Iglesia de SAN PANTALEÓN, y ésta vez si que pudieron atendernos y nos enseñaron la habitación, capilla, comedor e iglesia con todas las explicaciones del mundo. Una visita muy agradable y un rector muy simpático. Con este buen sabor de boca fuimos para el campo de fiori, pero ya no es un mercado de flores sino un mercado normal, con sus puestecillos de fruta y verdura. Así que pusimos rumbo al Trastevere para ver la Iglesia de Santa Dorotea, que era en la Iglesia del Trastevere donde empezó la Historia de San José de Calasanz, pero estaba cerrada, así que paseamos por el trastevere encaminándonos a la Plaza Venecia, donde estuvimos rondando por el Monumento de Víctor Manuelle y vimos de casualidad la escultura de la loba amamantando a Rómulo y Remo. Y antes de irnos a comer pasamos por el palacio de la querinalle, aunque no lo visitamos por dentro. Y aquí acabó el recorrido, ya nos fuimos a la zona de termini a comer en el mismo restaurante en el que cenamos el viernes a comer la focaccia caprese que la hacían muy buena.
Aeropuerto y llegada a Barcelona.
Volveré...

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